Ramón Masats, el parpadeo del instante

Hay, en mi opinión, y es simplificar mucho, dos razas de fotógrafos, a los primeros los reconoceréis por el ojo entrenado, siempre atento, son aquellos que miran la realidad con el gatillo dispuesto, siempre alerta, buscan sus imágenes en lo que les rodea y siempre la encuentran, hace falta reflejos rápidos y un sentido de la composición casi innato, son normalmente reporteros gráficos y se patean la calle con la cámara al hombro, son los dueños del instante, a nivel internacional quizás Cartier-Bresson sea el paradigma más conocido su obra basada en la teoría del instante . Marcó una época y una forma de trabajo.

Los segundos, son todos los demás ( 🙂 )

Pero no es necesario ir muy lejos para encontrar un autor con tanto talento como el maestro Bresson, se llama Ramón Masats, autor de piezas que se han convertido en iconos del imaginario colectivo.

Sus imágenes beben de una aparente casualidad, un ojo que ha demostrado que la realidad es un caleidoscopio infinito.

Pero no es solo el instante lo que atrae de la obra de este autor, premio nacional de fotografía, es su facilidad para la composición, su habilidad pasmosa para componer en milésimas de segundo y obtener imágenes que sabes son imposibles que se vuelvan a repetir, la esencia del momento decisivo, en su máxima expresión.

Su obra trasciende por que con independencia de la factura técnica (maravillosos grises, composiciones exquisitas, geometrías pasmosas) el poso de que algo acontece con toda naturalidad delante de nuestros ojos, algo que se nos hubiese escapado y sobre lo que este autor nos señala, nos indica con el dedo haciéndonos  testigos privilegiados de eso que llamamos vida,  imágenes que se nos clava en la retina, para hacernos recapacitar sobre el tiempo y la vida, los grandes ingredientes de la  fotografía.

Una obra que es de todo menos neutral y con el  sentido de la ironía de unos ojos entrenados en ver la vida.

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