Como de forma natural ya conoceréis la luz cambia a lo largo del día, las primeras y últimas horas proporcionan una luz más cálida, con un componente naranja más pronunciado, efecto natural producto de la luz, la atmósfera y el ángulo de incidencia. Sumamos además la mayoría de las cámaras producen imágenes con un componente magenta acentuado. Por contra los días con nublos producen imágenes con una dominante fría, la luz roja es la más corta de las que el ojo humano distingue, y se pierde antes que las demás, la azul violácea por contra es la que más penetra (de ahí la dominante en las fotografías submarinas). No hay que preocuparse sólo hay que jugar un poco con el balance de color para conseguir la imagen que teníamos en la cabeza cuando disparamos.
Ésto sólo debe serviros para comprender que la dominante del color (llamada también temperatura del color) es un elemento importante a tener en cuenta, importancia que veremos acentuada cuando trabajemos con la luz artificial.

En resumen los colores se vuelven suaves, menos saturados, más pasteles en los extremos del día. Por contra en los medios días y con luces altas los colores se «purifican», ganan en intensidad cromática.

imágenes de Peter Turner