Tras este título un poco ampuloso, lo reconozco, se esconde uno de los nuevos autores que descubro de vez en cuando ( la mayoría de ellos vía Siéntate y observa , gracias) o que me descubren, no se si es joven, o viejo, si lleva mucho o poco tiempo, pero que su obra me ha emocionado, no os quepa la menor duda, y os lo traigo a colación ( buscad palabrita) por que creo que su ensayo Grays the mountain sends, os puede abrir los ojos, al igual que a mí. Cuando empezamos el trabajo sobre el ensayo fotográfico, os advertí que como corresponde a un ejercicio de final de curso, era un ejercicio complejo, sobre todo conceptualmente hablando, ¿como hablar de algo con imágenes y pocas palabras? ¿ qué decir, y cómo decirlo?, pues aquí tenéis un ejemplo paradigmático (como me gusta también esta palabreja).
En un mundo rutilante, de espejos dorados y marquesinas iluminadas, embelesados por el plástico y la superficialidad (esto no es solo patrimonio USA) cegados por el lujo y las comodidades, por la impostura y la apariencia. Inmersos en un paisaje de caucho y postales de Navidad, el autor nos sumerge en otro mundo, tremendo, pero sin dramatismos, terrible y sucio pero lleno de Verdad, y decidme si me equivoco, pero pese a todo veo a través de los ojos de sus retratados algo que puede sonar cursi pero en absoluto lo es, veo Verdad y Honestidad, Resignación, Desesperanza y Humanidad, junto con otras caras no demasiadas amables del ser humanao, pero ¿qué somos, si no eso?, y si no estáis de acuerdo leed a Cervantes o Shakespeare, creo que os enseñará mucho más de lo que yo pueda aportaros.
«..Este proyecto combina retratos, paisajes y naturaleza muerta en una serie de fotos que explora la vida de la gente trabajadora que vive en pueblos pequeños de las montañas y comunidades mineras de oeste americ. Con una cámara de gran formato e, inspirado por la poesía de Richard Hugo, he pretendido dar a entender y trasmitir las experiencias de desconocidos que encontré en lugares que removieron mis emociones. Básicamente, este trabajo es una meditación sobre la vida en pueblos pequeños, sobre el paisaje y, lo más importante, sobre el paisaje interno de la gente corriente.»
Y de nuevo Sr. Wert, vayase a tomar Fanta 😉